30 de agosto de 2009

Cuentos orientales y cuentos indígenas: Mulá Nasrudín y Pedro Urdemales...

Disfruten de estos dos personajes... de distintas partes del mundo, pero tan cercanos a la vez.
Los dejamos con ellos!

Pedro Urdemales

Cierta vez lo mandaron a cuidar chanchos y entonces los tenia que llevar a un charco para que se revolcaran ahí, un rato. Tenía que cuidarlos.
Y dá la casualidad que pasó un mercader y le pregunta:
- ¿No vendés algún chanco?
Dice:
- Si quiere le vendo todos, basta arreglarnos el precio, pero sin la cola... la cola no.
Bueno, da la casualidad que hace el negocio y carga los chanchos; les corta la cola Pedro y cuando se fue el mercader, las entierra en el pantano ese que estaban los chanchos, las colitas.
Enronces, cuando vino el patrón le dice:
- ¿Y los chanchos?
- Mire, se han enterrado, están las colas ahí... están las colitas ahí ¿No las ve las colitas?
- Agarrálos de la cola y sacálos para afuera.
Va Pedro y arranca una.
-No se pueden sacar los chanchos ¿No ve que se arranca la cola?

(Fuente: “Cuentos y Leyendas de la Pampa”, recopilación de trasmición oral, sin modificaciones)


Mulá Nasrudín "Nueve burros"

Una vez, Nasrudín se comprometió a llevar nueve burros para entregarlos a un granjero de la localidad.
El hombre que se los había confiado los contó uno por uno, para que Nasrudín estuviese seguro de que realmente eran nueve.
En el camino, su atención se distrajo por algo que vio a un lado.
Nasrudín, sentado sobre uno de los animales, los contó una y otra vez. Solamente podía contar ocho.
Lleno de pánico, saltó al suelo, miró en todas direcciones y los contó nuevamente.
Había nueve.
Entonces se dio cuenta de un hecho notable. Cuando estaba montado en burro, solamente podía ver ocho burros. Sin embargo, cuando desmontaba, había nueve a la vista, sin lugar a dudas.
-Este es el castigo por ir montando, - reflexionó el Mulá.- Sin duda debería ir caminando detrás de los burros.
- ¿Tuviste alguna dificultad para traerlos hasta aquí?- le preguntó el granjero cuando llegó, polvoriento y cansado.
- No, después de que aprendí el truco de los que llevan burros. Caminar detrás- dijo Nasrudín- Antes de hacerlo, me jugaban toda clase de artimañas!

(Fuente: "Sutilezas del inimitable maestro Nasrudín")